Bajo
la tenue línea
que
separa muestras cabezas
de
la incertidumbre de las alturas
respiran
silencios
y no
dicen las cosas necesarias
para
comprender las indagatorias
de
los dioses
reposan
nuestros pies
ante
la terquedad del camino
la
escasa lluvia sólo humedece la distancia
la
noche es como una espina frágil
que
penetra cerca de las costillas
ya
no hay sangre suficiente
ni
dolor que se compadezca de las carnes
hay
manos que sollozan
acariciando
sombras que no se detienen
ojos
que imaginan navíos flotando
incansables
sobres
nubes rojizas y ostentosas
y
nosotros
impacientes
indefinidos
en una realidad que grita
y
grita
sin
que nadie escuche
Poeta.
Lanús. (Buenos Aires). Argentina
Tomado de su muro
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