La calandria
Silencio
de diamante. En el campo ni un eco.
De pronto
la calandria que halla en la luz su
alpiste
desciende
melodiosa sobre un gajito seco
como
buena noticia sobre un corazón triste.
El vino
Digamos
bien del vino nazareno y pagano,
bueno,
con una honesta sed, a las gentes todas:
del
que el sediento beben con ansias de verano;
del
que nutre al anémico como una fuerte teta;
dl
que bautiza, dulce, la pascua de las bodas;
del
tuyo, melodioso y lúcido, poeta.
Poeta
y ensayista argentino
1898
Belèn (Catamarca) - 1988 (Buenos Aires)
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