Un himno a la mañana
Atiendan mis cantos, siempre veneradas
nueve,
Asístanme en mis labores y pulan mis
melodías;
En suavísima unión vayan vertiendo las
notas,
Pues brillante Aurora ahora reclama mi
canción.
Salve Aurora, y los miles de colores
Que adornan tu progreso por los
abovedados cielos:
Despierta la mañana, y amplia extiende
sus rayos,
Sobre cada hoja juega el dulce céfiro;
Armónicas melodías reanuda la
emplumada raza,
Danza el ojo brillante, y agita la
pluma colorida.
Sombreadas arboledas, desplieguen su
verde sombra
Para escudar a su poeta del quemante
día;
Calíope despierta la sagrada lira,
Mientras tus bellas hermanas abanican
el grato fuego:
Las enramadas, los vendavales, los
cielos jaspeados
Con todas sus delicias ascienden en mi
pecho.
¡Vean en el Este al ilustre rey del
día!
Su fulgor ascendente espanta las
sombras—
Pero ¡Oh! Siento demasiado fuertes sus
fervientes rayos,
Y apenas comenzada, concluye la
malograda canción.
Fuente: Nexos - Cultura y vida cotidiana - 10 AGOSTO,
2019
https://cultura.nexos.com.mx/
Fue la primera escritora afroamericana
en publicar un libro en los Estados Unidos
8 de mayo de 1753, África Occidental -
5 de diciembre de 1784, Boston, Massachusetts.
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