Antorchas
de utopías
Hablo
de libros que se hicieron humo,
ceniza,
ausencia. Esto ocurrió en la Historia
muchas
veces. En China y en Egipto,
en
Francia o en España, en toda Europa,
en
nuestro continente desde hace cinco siglos,
y
especialmente en las infortunadas
ex
Provincias Unidas de América del Sur.
Lo
ordenaron tiranos, califas, generales,
emperadores
sacerdotes
de
todo credo y toda tolerancia,
oscuros
procesados.
el
Santo Oficio con su Index,
los
guardianes del Orden y La Ley del Embudo,
sórdida
envidia, delación, sensores
de
muchas menas, bárbaros cruzados
de
cualquier fanatismo,
mesiánicos
al uso y al abuso,
y
esas mentes blindadas en las que penetra
ni
surge alguna idea ni por broma,
Libros
quemados. Libros enterrados
para
que no los quemen. Escondidos en
buhardillas
o sótanos,
errantes,
peregrinos
de
posta en posta de la resistencia,
y al
fin también perdidos.
Libros
ardidos, seguirán ardiendo.
Poeta,
escritor, ensayista y narrador.
Santa Rosa (La Pampa). Argentina
Publicado en Revista Literaria "Mapuche" - Nº
53 - Invierno de 2010
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