La tarde del domingo se aquieta.
Hubo olor a carne asada en los patios. Las seis y ya está oscuro.
El sol estaba al oeste entibiando apenas.
El viento que llega de la costa desprende las hojas del suelo,
resecas se desplazan y amontonan.
Mañana es lunes y todo comienza
Cada uno como puede seguirá permaneciendo.
A dos kilómetros está el río, seco, con los pescados muertos
Y aparecen viejas embarcaciones dormidas ,desgastadas bajo el puente
colgante
Ahora todo puede verse , hasta lo que hay al final de la calle .De una ciudad
anestesiada que no comprende.
-Por favor no preguntes otra vez - ¿ Qué sucede ?
Vendrán las noches, las neblinas, las mañanas
Habrá tiempo de sobra
La cabeza en la almohada pensando...
Si valdrá la pena preocuparse, permanecer es suficiente
Escritora.
Santa Fe (Capital). Argentina
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