IV
De la energía de mis ojos
nacen lágrimas de acero
El verdugo de la tarde
siembra dudas.
Estamos al acecho
de la esperanza.
Miramos el paisaje
desde el
lugar indicado.
Muero cada tarde
y renazco al amanecer
cuando llegas
exhausto de inquietudes
y los silencios de mi
almohada
te cobijan.
Sentir
la paz y el sosiego
y
esta bruma
y
este verde - gris
por
mi ventana
y la
magia cotidiana
que
hoy siento
dentro
de mi
(del
libro : Nada se sabe del amor)
Poeta,
profesora y licenciada en letras, docente
Còrdoba
(Argentina)
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